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Paciente de 58 años de edad y de profesión cirujano
Acude a la consulta para perder peso debido a que debe someterse a una intervención quirúrgica para solucionar una hernia de hiato de varios años de evolución, y que últimamente le está provocando un importante reflujo nocturno, con retorno de la comida a la boca mientras está dormido y que a veces le despierta bruscamente con sensación de que se asfixia. Desde hace varios años tomaba medicación encaminada a mejorar su problema digestivo, pero últimamente está parece que está dejando de ser efectiva.
En la primera visita nos trae pruebas de endoscopia y ph-metría el estómago en las que se aprecia una importante hernia de hiato y un aumento de la acidez en el esófago.
Comenzamos el tratamiento exclusivamente nutricional en Enero del año 2008.
Febrero del año 2008: Al mes de comenzar el paciente refiere una importante mejoría en los síntomas de reflujo digestivo. Ya no se despierta por las noches con sensación de asfixia. Incluso él mismo ha ido disminuyendo la medicación que llevaba tomando desde varios años atrás para su reflujo. En Junio del año 2008: tras un tratamiento con dietas que ha durado cinco meses y medio, y tras haber perdido 15 kg. comiendo toda la cantidad de comida que ha querido y sin pasar hambre, nuestro paciente nos cuenta que hace ya tres meses que ha abandonado por completo la medicación digestiva, no habiendo vuelto a aparecer un episodio de reflujo nocturno.
Además nos trae nuevas pruebas diagnósticas:
Se ha realizado una endoscopía y una ph metría en donde aparecen los siguientes hallazgos:
También en esta prueba comprobamos que la puntuación global de DeMeester era en un principio de 72, 6, bajando hasta 27 al finalizar el cambio nutricional. Los valores normales de este parámetro estarían por debajo de 14,7.
En esta última visita nuestro paciente nos comentó que había iniciado nuestro método para adelgazar antes de su operación quirúrgica, pero que en vista de estos resultados diagnósticos ya no se iba a operar.
Tras esta visita se le pone un tratamiento o de mantenimiento donde ya puede comer cualquier tipo de alimentos, enseñándole como debe hacerlo y se le da el alta.
Paciente de 40 años que acude a consulta a finales de mayo 2008.
En los primeros análisis que nos trae se aprecian unos valores altos de colesterol y triglicéridos.
En julio del 2008, tras un mes y medio de tratamiento, y después de haber perdido 6,5 Kg. se repite los análisis en los que se objetivan ya, una disminución de dichas cifras que han regresado hasta los valores normales.
Paciente de 61 años de edad que acude a la consulta en marzo del año 2008 para someterse a un plan de adelgazamiento.
En la historia clínica relata una tendencia antigua de cifras de triglicéridos altas que hasta hace dos años se estaba tratando con medicación que abandonó porque le subían las transaminasas. En todo este tiempo no había conseguido disminuir los valores de éstas.
Asimismo se apreció en los análisis un contenido de ácido úrico en sangre por encima de lo normal.
Tras cuatro meses de seguir el método San Pablo, consiguió una pérdida de peso de dieciséis kilos y una disminución muy importante sus valores de transaminasas llegando a ser éstas normales.
También logró reducir su ácido úrico a parámetros normales. En ambos casos, transaminasas y ácido úrico, el resultado se obtuvo sin la ayuda de ningún tipo de medicación, tan sólo modificando su alimentación.
Paciente de 28 años de edad, con un gran sobrepeso, que acude a la consulta en Septiembre del año 2005 para someterse a un plan de adelgazamiento.
En la exploración en la consulta obtenemos unas cifras de: Altura 180 cms y peso 179,2 Kgs.
Nos planteamos una estrategia para conseguir una gran perdida de peso, teniendo en cuanto dos circunstancias principales:
1ª) Ante la necesidad de llevar a cabo el plan de adelgazamiento durante, prevemos, bastante tiempo, es necesario estructurarlo de una forma variada, de forma que no le resulte monótono y no se canse y abandone.
2º) MUY IMPORTANTE. Esa gran perdida de peso no debe ocasionarle ningún problema de salud, por lo que es imprescindible, no utilizar dietas con una gran restricción de alimentos y además debe existir un completo equilibrio de nutrientes.
En Noviembre de 2008 y tras haber conseguido una perdida de peso de – 73,4 kg, pasamos a la fase final y valoramos los resultados finales de los análisis de sangre objetivando que su estado de salud y sus valores de sangre son perfectamente normales.